Historia y ambientación.

El continente Africano es todo un contraste, en él se puede encontrar la más extensa zona de selva, una basta cantidad de animales salvajes y hermosos, la deforestación y la caza han ido mermando poco a poco su exótica belleza, se encuentra también a las poblaciones mas pobres del planeta y paradójicamente las más ricas, pues tienen minerales sobrevalorados en la actualidad, el petróleo, el uranio, el oro y sobre todo los yacimientos más grandes de diversos tipos de diamantes, por desgracia por geoestratégica las poblaciones más pobres son las qué se ven más afectadas siendo victimas de transacciones, traficantes y esclavistas. Especialmente en lugares como El Congo y Sierra Leona, desde la conquista inglesa hasta la fecha ha habido un sinfín de explotación, esclavitud, malos manejos, y sobre todo, abusos.

Actualmente se le han llamado al tráfico y compraventa de las gemas que provienen del trabajo de esclavos, Diamantes de sangre. Esta industria actualmente de forma ilegal por los tratados de la ONU y las leyes internacionales, maneja alrededor de 400.000 millones de dólares al año. En el año de 1805 un hombre llegó a Sierra Leona, un inglés qué contrató contrabandistas y esclavistas todo para hacerse de las mayores minas de Diamantes del país, Lord Ernest Sheringham era ese hombre cuya sangre fría llegaba al extremo de mandar azotar, torturar, quemar las chozas o incluso matar a aquel esclavo qué no cumpliera con la cantidad establecida de piedras brutas al día. Se decía qué era amante de la caza, que su vida transcurría entre África e Inglaterra, cruceros, mansiones, todo gracias a la vida de aquellos inocentes qué si no aceptaban trabajar por una mísera cantidad, eran obligados, llegando a tal extremo qué les cortaban las manos y la lengua a aquellos qué no trabajaran para la creciente compañía llamada The African Star, en nombre de uno de los más grandes Diamantes del mundo. Pasaron los años y la empresa fue creciendo de generación en generación lo mismo qué los esclavos qué fueron llamados “trabajadores”, todo alrededor cambiaba menos el trafico, la trata de blancas, los abusos y el derramamiento de sangre, que manchaba las manos de la familia Sheringham, que además de ser el principal vendedor y exportador de piedras preciosas se convirtió en además una gran empresa de diseño exclusivo de joyería, esto le dio renombre trabajando solo para gente de elite.

Actualmente la compañía es liderada por Robert Michael Sheringham, un hombre de 80 años cuya vida pende de un hilo por sus padecimientos coronarios, su esposa invadida de cáncer con una sentencia de muerte y sus varios hijos al menos lo reconocidos qué solo esperan la muerte de ambos para como aves de rapiña apoderarse del emporio, ante la sociedad hacen pasar la empresa como una de las más respetuosas de las leyes qué la ONU ha impuesto, sin embargo la realidad qué se oculta bajo el brillo y prestigio de la familia Sheringham, es muy diferente, esclavitud, corrupción, violaciones, trata de blancas, trafico, fraudes, desfalcos, es algo de lo que si el mundo supiera, escupiría el edificio de oficinas y las joyerías ubicadas no solo en el Diamond Distric en la ciudad de New York si no en las joyerías y oficinas alrededor del mundo que les hace ganar ni más ni menos qué unos 800 millones al año, y genera más de 30 mil empleos autorizados a nivel mundial. Los diamantes no solo son incoloros, azules, verdes o marrones, sí no también los hay teñidos de rojo. ¿Comprarías uno?.