La lluvia es la Premonición de la Tormenta [+18] (Libre)

Tras esas palabras de despedida, Kaisa toma sus cosas, va hacia la habitación de su pequeño al cual le da un largo beso en la frente, le mira como nunca le ha visto, frota su frente observándolo dormir, incluso ha llegado a pensar que no es digna de tenerlo a su lado, pero dado todo aquello que aun le atormenta, siente que llego en el momento justo para equilibrar su ya destrozada existencia. Al salir del departamento, un auto le esta esperando, al tener muchos privilegios internacionales gracias a su trabajo a Nicholas e incluso al mismo Zephire, la mujer escandinava puede hacer, deshacer, asesinar e incluso descuartizar a quien desee y su expediente se mantendrá intacto, nadie incluso podría hacerle absolutamente nada, es por eso que un auto federal le espera para enviarla al aeropuerto privado de Sudáfrica, con destino a los Estados Unidos, ahí, seguramente encontrará lo que necesita, muchas más respuestas de las esperadas para ir desenmascarando a los Sheringham, aquellos verdugos que sin conocerlos terminaron por hundir al único hombre que creyó en ella cuando yacía muriendo producto de una sobredosis en un callejón de mala muerte en aquel país Africano.

Su llegada al aeropuerto fue prácticamente fugaz, casi de manera inmediata abordo y a los breves minutos ya estaba saliendo el vuelo. La enorme ventaja de los vuelos privados es la comodidad, la tranquilidad, su privacidad y sobre todo su pronta llegada, la desventaja, es que gracias a su pronta llegada le toca la mayoría de las veces turbulencias, mismas que siempre le dejan como una felina, aferrando las uñas al asiento con el simple objeto de mantenerse aferrada algún lugar “seguro”. Tras varias y largas horas de vuelo, el país Norteamericano estaba cada vez mas cerca; luego de un par de horas más toca suelo Americano, en la ciudad de New York, desciende y rápidamente es enviada a un hotel en la 5th Avenue, aquella zona en donde la inmensa mayoría de las personas con muchas ínfulas y grandes “riquezas” suelen alojarse para sentir el placer del poder y el dinero. La castaña entra y observa su reflejo en el suelo, la inmensa recepción y el lobby, se dirige hacia la recepción donde es guiada hacia su habitación.

Un par de horas, unas llamadas a casa, charlar un pequeño instante con su hijo bastaron para que sienta que el alma le regresa al cuerpo, aquella vocecilla que con solo decirle “Mami te quiero y te extraño” provocan que la mujer de mirada misteriosa vuelva incluso a sonreír. Unas indicaciones bastaron para que luego duerma un rato, se duche, salga y emprenda el camino hacia su misión, la cual es ir cazando a la "Familia de los Diamantes". Sale de su habitación, baja por el ascensor y observa hacia la puerta de cristal, notando como cae la lluvia, frunce el seño y respira ligeramente enfadada. Camina en dirección hacia la sala de “espera” del Hotel, puede incluso notar que no es tan fuerte, pero a la naturaleza se le respeta, por muy pasiva que se encuentre la lluvia, cuando uno menos lo espera puede transformarse en una densa y terrible tormenta, por eso es preferible espera a que todo se calme, para así luego emprender el camino hacia la destrucción y respuestas que hay justo detrás de la afamada familia Sheringham.

Estando mirando la lluvia camina hacia uno de los sofás, se sienta y observa la lluvia caer por los paneles de cristal, mira como las gotas caen, a su mente viene el recuerdo de Folken, aquella noche similar a esta aquella en la que dejo de existir, su mente vaga 10 años al pasado; el recuerdo se torna borroso, gris, oscuro; gritos, reclamos, maldiciones, miradas frías hacia ella, uno que otro golpe y luego aquella imagen de su padre sobre su amante y hermano, aquel amargo recuerdo provoca que cierre los ojos con fuerza, suspire y ahogue ciertas lagrimas, manteniendo el semblante serio y frio como es su costumbre. Ladea la mira regresando la mente a unos años más adelante, aquella en donde Nicolas llego a su vida, no tenia porque ayudarle, bien pudo haber actuado como los demás que le vieron tendida en el suelo consumiendo drogas, bien pudo haberla dejado ahí a su suerte, pero no lo hizo, opto por ayudarle, darle asistencia médica, casa, comida, rehabilitación poco ortodoxa, rehabilitación clínica y luego educación, Nicolas paso a ocupar el lugar de su padre.

-¿Cómo han pasado los malditos años?

Susurra para ella misma manteniendo la mirada fija en un punto fijo, suspira y prefiere cruzar la pierna, la mirada seria y parca puede incluso dar la impresión de estar molesta con cualquier ser que se le acerque, enarca la ceja y acomoda la espalda al asiento del sofá. De ahí, esa familia se lo llevo, ellos fueron quienes le inculparon del crimen del hijo mayor de los Sheringham, lo vincularon con la mafia Sudafricana e incluso con un fraude monumental hacia la familia, en ese entonces ella apenas comenzaba su carrera, Zephire se la pasaba en los Estados Unidos, por lo que no pudo hacer mucho para evitar que este ahí dentro. Todo fue extraño, por más que hicieron poco lograron, si acaso algunos privilegios que almenos aun lo mantienen con vida, a partir de ese momento Zeph se instalo con ella, muchos llegaron a pensar de una relación entre ellos, pero teniendo tantos años conviviendo, la sola idea de verse con él, le provoca una ligera carcajada que se convierte en burla. A los meses, casi un año llego Tariq, un pequeño al cual se negó a adoptar, pero con el que fue capaz de mover cielo, mar y tierra para tenerlo con ella. Desde que lo tuvo con ella, su vida cambio y su mundo se dedico a tenerlo y vivir para él, incluso su venganza hacia el asesino de Folken paso a segundo termino gracias a Tariq.

Sin embargo la voz de un sujeto le hace volver a la realidad, parpadea rápidamente y levanta la mirada en dirección de quien le hablo, enarca la ceja e intenta sonreir- Si y no, si porque me agrada mirar el cielo gris y el sentir la lluvia es algo que me relaja, y no, porque… me trae muy malos recuerdos, mismos que he intentando enterrar- le habla con el semblante parco y sereno, por instinto observa el reloj y saca su cuenta de la hora que será en Sudáfrica, trata de no hacer evidente aquel calculo mental. Nota que se esta portando muy seria y eso por ahora no le conviene, lo que menos desea es que su “identidad” sea descubierta y si quiere pasar desapercibida ante el mundo es mejor cambiar el semblante y comportarse como una “mujer convencional”- supongo que pasaremos mucho tiempo aquí- sonríe de medio lado intentando dejar atrás la seriedad- Me llamo Kaisa Gnesa… un placer- se presenta extendiendo la mano delicadamente, esperando que almenos el sujeto sea cortes y corresponda.

A la vista parece ser un sujeto “agradable”, pero no deja de ser un simple mortal más. Le observa sin mucho entusiasmo, como si se tratará de alguien sin mucha importancia. Sonríe de medio lado y regresa la mirada casi a cada instante hacia los ventanales de cristal, puede notar como colapsan las gotas contra el panel, chocan ligeramente y en ese momento, la tormenta comenzó. Primero de poco en poco, para luego volvierse densa, enarca la ceja y cruza la pierna, notando como se sienta a su lado, sonríe de medio lado y siente estrechar su mano, escucha el nombre, su corazón palpita rápidamente, ¿Quién iba a pensar que encontraría a uno de ellos tan rápido?, suspira mirándole con sumo interés… Tyler Sheringham, tan pequeño es el mundo y América como para encontrar a un miembro de esa familia justo en el hotel en el que se esta alojando. Con delicadeza y cierto toque seductor gira ligeramente hacia él.

-El gusto es todo mio Tyler- sonríe de medio lado, mirándole directo a los ojos. Las palabras mencionadas segundos atrás, provocan un gesto “afligido”, baja ligeramente la mirada, para luego responder-así es, es una enorme lastima que mi primer día aquí lo tenga que pasar en el bar del hotel, aquí en la sala o en su defecto en mi habitación… ni hablar, contra el clima no se puede absolutamente nada- frunce el seño, mostrándose un poco “enfadada” por el clima, evidentemente, todo sea con el fin de ganar un poco de confianza. Escucha y sonríe ampliamente.

-No, vine sola, es digamos estoy aquí por “placer”- se encoge en hombros y realiza ligeros ademanes con las manos –y espero que la naturaleza se apiade de mi y mínimo poder dar un paseo antes de marcharme de aquí- enarca la ceja y le sonríe ligeramente, ladea la mirada hacia un lado y observa el reloj-pero tú ¿si estas esperando a alguien?- pregunta con cierto dejo de curiosidad, de ser negativa la respuesta esta podría ser la oportunidad de ir indagando de poco en poco.

-Porque de ser así, entonces de verdad solo es que emprenda mi camino hacia… el bar- le mira y habla con maña, de no estar esperando alguien, esta mas que clara la señal para ir al bar y comenzar con su “misión” personal… de lo contrario, tendrá que ingeniar una mejor estrategia para acercarse al primer Sheringham que tiene cerca.

Y la presa mordió el anzuelo, pareciera que el mismo mundo esta conspirando a favor de ella en estos momentos, llegar a un país al que escasamente conoce, hospedarse en el mismo lugar donde justamente esta un miembro de la Familia de Diamantes de Sangre, y justamente estar en igual situación de “soledad” sin duda alguna es un golpe de suerte, y todo sea con el único fin de sacar a Nick de ese lugar, cueste lo cueste, de ahí, el mismo destino es el que va a decidir lo que proseguirá. Como buena mujer –pese a lo que muchos crean- es una buena manipuladora de las situaciones, si bien le enseñaron a utilizar lo que tiene y posee, en este caso su seducción nata, de la cual ha sacado mucho provecho a lo largo de estos años, todo sea con el simple objetivo de conseguir lo por que está luchado.

Trata de evitar lo antes mencionado, enfocándose solamente en su próxima parada… el bar del hotel, de ahí, quien sabe donde podrán terminar. La castaña suspira, se incorpora, estira ligeramente el cuerpo y los brazos hacia un lado, sonríe de medio lado, enarca la ceja y mira fijamente a Tyler –Me parece buena idea- sin previo aviso, comienza a encaminarse al bar, dejándolo ahí en la sala. Camina segura de si misma, observando a los pocos ahí presentes, entre los que se pueden mirar algunos turistas que seguramente están ahí por placer, puede que incluso haya algunos que se encuentren al igual que ella por simples “negocios”. Puede sentir la mirada en aquellos que la observan caminar, como buena fémina eleva su ego, pero a la vez le da la confianza de continuar o más bien reafirmar el plan que ahora su mente esta ingeniando.

Contonea el cuerpo hasta llegar a la barra, se sienta en uno de los asientos, observa al joven que atiende, le sonríe provocativamente y este acude rápidamente, si bien es cierto, difícilmente una persona alojándose en un Hotel del nivel en que se encuentran saludará al “joven” del bar con la “cortesía” que la detective Gnesa lo esta tratando–Dame un cognac- de la misma manera le sonríe el chico. De su bolsillo saca una cigarrera, busca el mechero y enciende un cigarrillo, da una calada profunda, sintiendo como el humo comienza a recorrer el interior de su garganta, deja escapar el humo, mira por el espejo que tiene justo frente a ella, observa a las demás personas que están, muy pocas al igual que afuera, seguramente el clima que esta haciendo de las suyas y los han dejado varados justo ahí. El chico -quien ella supone que encargado de la barra- enciende el televisor, justo en el canal del clima, la joven encargada de informar, comienza hablar:

-Conductora: En última hora, nos informan sobre la tormenta que esta cubriendo la ciudad entera justo en estos momentos, se les recomienda a todos los habitantes de las ciudades aledañas que se mantengan en sus domicilios, ya que la tormenta aumentará con el paso de las horas, los vuelos están suspendidos hasta nuevo aviso, por lo que si tenían pensado viajar el día de hoy o en los próximos días, lamento informar que los aeropuertos están cerrados, dado el mal tiempo que ahora estamos viviendo

La castaña escucha y enarca la ceja, más buenas noticias para ella, sin embargo, no pretende demostrar que se encuentra campante y feliz por la noticia, si no demuestra cierto dejo de preocupación, su bebida ya esta junto a ella, da un pequeño sorbo y apaga su cigarrillo, mantiene la mirada atenta al televisor, esperando que el heredero haya terminado de morder el anzuelo

Alabados sean los dioses por la bendición de este día, benditos sean, por mandar esta enriquecida tormenta, porque gracias a ella tendrá, al menos algunas de las respuestas que tanta faltan le harán en la próxima audiencia para liberar a Nicolás.

El plan parece haberle funcionado, como buen pez gordo muerde el anzuelo y le sigue al bar del Hotel, la castaña sonríe de medio lado al verlo junto a ella, escucha las noticias y casi puede brincar de emoción al saber que en las próximas horas estarán varados ahí. Sonríe con cierto dejo de gracia por la “bromita” del tiempo, da un pequeño trago a su bebida, para luego mirar hacia todos lados. Gira 180° hacia el frente, quedando justo de espaldas a la barra, su falda color negro delata sus piernas torneadas por el entrenamiento al cual se somete de desde que es Detective de Sudáfrica; por simple impulso femenino se reacomoda la blusa color blanco, dejando casi evidente el pequeño escote de su prenda, enarca la ceja y le sonríe.

-Así es por esta vez te ha vencido- sonríe nuevamente, le observa , mirándolo en forma extraña, aunque claro es muy normal que pregunte sobre su nombre- ¿si?, pues soy Noruega y bueno, en efecto no es común, significa “pureza”- sonríe y termina su bebida, haciendo una señal al barman para que le sirva otra de la misma bebida-Para mí tú nombre me es poco común… pero tu apellido, si mi memoria no falla- se queda pensativa, tratando de no ser obvia –¿no me digas que eres, algún familiar de Robert Sheringham?- frunce el seño, agradece con un pequeño gesto su bebida, sujeta el vaso y le mira inquieta y a la vez curiosa –porque ese señor es una figura e icono a nivel mundial en la distribución de diamantes y joyería fina- sonríe nuevamente, haciendo dotes de sus encantos femeninos, se relame los labios, ligeramente, saboreando de su bebida y a la vez rompiendo a un más esa barrera mental que instintivamente los seres humanos suelen poner ante una situación “desconocida” para uno.

Sin duda alguna la respuesta por el significado de su nombre es algo que le termina por sorprenderle, seguramente pocos son los que tienen ese “don” por conocer el origen de los nombre un tanto “extraños”. La morena enarca la ceja y sonríe con ese dejo de sensualidad que en pocas ocasiones suele mostrar, extrañamente siente esa ligera atracción hacia el descendiente de la familia de Diamante, da un pequeño trago a su bebida y le mira sonriendo nuevamente.

- “Buena vibra”- sonríe de medio lado-el origen es algo que puede incluso ser señal de cómo es la persona, aunque bueno, todo depende de cómo se quiera trazar el “destino”- enarca la ceja y relame ligeramente sus labios, desviando la mirada, para luego escuchar sobre el origen de su apellido, si bien es cierto la reputación de los Sheringham es algo que los ha perseguido tras varias generaciones, la familia en cierto modo esta maldita y todo aquel que este con ellos tendrá el mismo destino. Si bien es cierto Nicolas ha sido uno de ellos, encarcelado tras esa injusta acusación, sus hijos han estado muy alejados de tanto drama, pero siempre estarán bajo la mira de “su padre traiciono y asesino al hijo de Roberth Sheringham”, pobres chicos, cargar con tan mala reputación y a la vez injusta.

-Y eso es lo interesante, si bien es cierto, tu familia es muy importante, pero lo que te convierte en un hombre interesante es justamente tu decisón de no estar en el negocio familiar, mira que decidir no seguir con el “emporio” familiar, me imagino que no fue de gran agrado de tus hermanos y padres ¿o me equivoco?

Responde pausada, tranquila e intentando elevar el ego masculino en el joven Sheringham, que si bien peca de ser jodidamente ardiente, el ego siempre y por encima de quien sea, prevalece, más en los hombres. Delicadamente gira encarándolo, sonriéndole con delicadeza –Supongo que ¿tu esposa? Ha de estar complacida contigo, ¿no?- lanza el primer dardo, esperando que le caiga –Digo, un hombre como tú, dudo que pueda encontrarse solo- le mira seduciéndolo con la mirada, si bien es cierto, este o no solo, eso es lo que poco le importa a la mujer de mirada enigmática, poco importará cuando las cosas salgan mejor de lo que esta esperando… todo sea por su familia y por quien ella considera un padre

Bien dicen que las mujeres poseen esa sensualidad nata que pese a querer esconderla es algo que siempre estará regente en una femina. Si bien es verdad que muchas negan poseer ese preciado don Femenino, hay quienes prefieren sacarle el mayor provecho desde temprana edad, volviéndose solamente “Mujeres de la Vida Galante”, en lugar de ser Damas durante el día y Prostitutas tras cerrar la puerta de su habitación, cumpliendo el más preciado sueño y fantasía a su hombre. Y es justamente por lo que opta ser la mujer escandinava, prefiere ser una mujer misteriosa a la vista de cualquiera, incluso dar la apariencia masculina y ruda que por muchos años ha preservado, para luego dar la enorme sorpresa de ser la seductora que se esconde tras la dureza que manifiesta a cualquiera que pueda cometer la osadía de cruzarse en su camino.

La morena le mira de la misma manera, seduciéndolo con la mirada y a la vez no, desvía la mirada casi a cada instante, evitando mirarlo a los ojos, tentando a los bajos instintos que de salir todo bien se puedan manifestar en cuestión de un par de horas. La respuesta a la pregunta antes mencionada por ella, es respondida de una manera “sorpresiva”, fingiendo cierto dejo de asombro en su rostro –¿No te creo?- enarca la ceja y da un pequeño trago a su bebida –supuse que estarías con alguien, pero esta vez falle- habla dando cierta importancia fingida ante su situación sentimental, para luego sentir exactamente la misma pregunta planteada por ella minutos antes, solo que con otro tipo de palabras-Pues a diferencia tuya, si, estoy con alguien, desde hace 8 años para ser más exacta… pero- enarca la ceja, mirándole seductoramente, si bien es muy cierto tiene cerca de 8 años con Zephire, pero ni en los más bizarros sueños se puede plantear la sola idea de tener una “relación” con él –es como si no estuviera con nadie- culmina la frase, mordiéndose el labio inferior, penetrando su mirada con la de él, sonríe de medio lado, desvía la mirada y observa hacia detrás suyo, notando la cercanía de bartender.

-Haremos un cambio chico, traeme un whisky en las rocas-

Guiña un ojo al chico detrás de la barra, con quien desde hace ya un rato esta jugando, dándose cuenta que pese a todo, aun conserva su sensualidad. Regresa la mirada hacia el joven Sheringham, ladea ligeramente el cuerpo hacia la derecha, observándolo fijamente –Aunque por otro lado, la soltería es algo que pese a muchos es el mejor y más preciado regalo que se pueda tener… supongo que eres un hombre feliz de gozar de tan preciado… don… ¿no es así?- pregunta tras pregunta, mirada tras mirada, mismas que pueden que están funcionando.

-Pero bueno, la curiosidad es la madre de muchos problemas, y ni hablar me considero problemática- sonríe de medio lado-mencionabas que ibas al aeropuerto, ¿adonde viajarías? Supongo que aun lugar exótico, playa o alguna isla paradisiaca, bueno eso supongo - pregunta con cierta curiosidad, aunque sabe que su respuesta puede que le sirva de algo, o puede que no, pero de eso se trata, de buscar cualquier cosa que pueda ayudarle.

- Asumo que es una clase de "Relación Abierta", esas relaciones suelen ser bastante beneficiosas porque no necesitas estar encadenado para poder disfrutar de los placeres de la vida

Aquello solo significo que la morena casi escupa su trago, comenzando a reír abiertamente, había escuchado centenar de cosas, “que son pareja”, “que le hizo el favor”, “que solo estan juntos para evitar apariencias y no decir abiertamente que en realidad es lesbiana” entre otras cosas, pero jamás una “relación abierta”, la única relación que puede existir entre Oliveira y Gnesa es un fuerte “cariño” el uno por el otro, basado en una hermandad que por muchos años ha perdurado, pese a su pasado.

-No, en realidad, no somos nada, somos ¿como decirlo?- enarca la ceja, mientras gira para tomar una servilleta de papel, limpiarse los labios y las piernas por el escupitajo provocado por una risa que no pudo contener – dos adultos que se hacen compañía, porque es prácticamente mi hermano, tendría que estar muy alcoholizada o borracha para poder tener algo “intimo” con este sujeto- sonríe de medio lado, mientras de manera cortes le cambia la bebida el barman.

Se acomoda la blusa y la falda, dejando mas en evidencia el pequeño y provocativo escote de su blusa, sus piernas intencionalmente son limpiadas de manera provocativa por la noruega, mira y escucha al heredero de diamante, prestando atención en la ciudad y el destino que sería el que tendría, de no ser por el altercado de la madre naturaleza.

-¡Mira nada más!-sonríe de manera sincera y a la vez coqueta –recién llegue justamente de Sudáfrica, hace un par de horas, un vuelo ¡¡terrible!!, pero no me puedo quejar pese a que fue malo- le mira frunciendo el seño, ya que en efecto el vuelo estuvo cargando de turbulencias y eso siempre termina por provocarle muchos sustos y sobre saltos, de los cuales Oliveira, siempre termina burlándose –me tocaron turbulencias y siempre me ponen tensa- sonríe nuevamente. Da un pequeño trago y le mira –Claro unas horas de sueño, solucionaron esa “tensión”- sonríe nuevamente.

Como lo imagino, comenzó hablar, seguramente la reunión de todos los Sheringham sea por algun asunto importante, algo que pueda servirle para un futuro cercano –No te noto “contento” con el hecho de ver a tus hermanos…¿todo bien?- pregunta con cierta preocupación jodidamente fingida, lleva delicadamente su mano hacia el hombro de Tyler, para luego rosar tiernamente la mejilla de él, obligándole discretamente a mirarle.

Sonríe de medio lado, cada palabra proveniente de la boca de Tyler, comienza a provocarle gracia, ya que la sola idea de visualizarse con Oliveira le da una imagen bastante bizarra, ya que ni en los sueños más extraños que ha tenido y mucho menos en aquellos días donde la ansiedad por volver a siquiera probar un poco de aquello que le hizo olvidar en su momento, pensó siquiera en verse en los brazos de Zephire, tendría que estar muy borracha o más bien inconsciente para poder ceder ante él. Le mira con cierta picardía en el rostro, ya que por un lado el ego femenino se hizo presente, algo inusual en la morena de mirada penetrante. Sin embargo lo que le importa se menciono, si bien es cierto, el maldito anciano esta por morirse, algo que le beneficia ya que podrá tener un poco mas de oxigeno la humanidad entera, un esclavizador menos en quien preocuparse.

Finge un pequeño gesto de preocupación, ya que al ser su padre puede notarse cierto cambio en la mirada de Tyler, aunque todo cambia al escuchar “Para poder ayudar a mi madre”, el cuerpo se le tensa ligeramente, recordando a su madre quien ahora la acusa de asesina y de ser la culpable de la muerte de Folken, suspira y puede notarse un cambio radical en el brillo en su mirada. Traga saliva, bebe un pequeño trago de su bebida, observando como él en un solo trago culmina el suyo, parpadea y pide otra ronda, ya que apenas comienza lo que realmente le importa.

-¿Es extraño, no? ¿Qué tu hermano…Evan?- frunce el seño, reitera el nombre y frunce el seño – ¿El doctor Evan Sheringham es tu hermano?- pregunta ligeramente asombrada, ya que si bien lo sabia, solo era cuestión de aclarar la duda que en algun momento pudo tener –Perdón por la emoción pero es que, el señor es una eminencia en medicina forense, de hecho colaboro en un diagnostico de muerte, bueno fueron varias las personas fallecidas y el colaboro para dar con el diagnostico exacto, su aportación fue vital para resolver ese caso- su misma euforia no le hace ver la estupidez que acaba de cometer, analiza sus palabras y traga saliva, busca el giro y encuentra uno que pueda servirle –Bueno, eso lo supe en un trabajo final cuando termine de estudiar hace unos años, y obviamente no se olvida algo tan importante- al parecer la esta librando, solo es cuestión de que se crea su pequeña mentirilla.

-En fin, pues bueno almenos tienes el enorme consuelo de no ser el único varado aquí en la ciudad- sonríe de medio lado, observándolo fijamente-como bien mencionaste antes…por algo suceden las cosas, por alguna extraña razón aun seguimos aquí y no - sonríe con cierta malicia –en otro lado- bebe nuevamente de su bebida, clavando la ponzoña seductora, enredándolo en su telaraña, y de caer, podría ganar mucho, y claro… un poco de placer.

Sin duda, los juegos de seducción al final del día solo pueden guiar hacia un solo lugar, aquella mirada en los ojos de Tyler, solo puede indicarle que ha funcionado. Su atrevimiento confirmo que ha caído al juego de miradas y misterio que ella misma se ha encargado de tejer en lo que han avanzado en la plática. Enarca la ceja, seduciéndole aun más, relame delicadamente sus labios, haciendo que el instinto y la lujuria se hagan presentes, las armas que una mujer puede sacar son muchas y no cualquiera puede predecir cual es la próxima que utilizará.

-Así es, el hotel es enorme y no solo el bar es atractivo

Sonríe de medio lado, pegando su cuerpo ligeramente al de él, cuan presa desafiando a su predador, incitándolo aun más a que caiga en su red que astutamente ha tejido, para descubrir aunque se algo mínimo de él, pero que le ha de servir de algún modo. Cuan felina le seduce con la mirada, mira fijamente y rosa sus labios con lo de él, le relame los labios saboreando los residuos del licor que ha ingerido anteriormente. Le rosa el rostro con las manos y desliza sus manos hasta su pecho, arañándolo por encima de la tela.

-Estas en lo cierto… habitación 561

Susurra sobre la comisura de los labios del americano, lentamente se pone en pie del bolsillo de su falda saca varios billetes que deja en la barra, el chico le sonríe y ella no puede evitar guiñarle un ojo. Con la sola mirada le indica que le siga, con el cuerpo a que le ha suya y con los movimientos a que se apure. Camina delicadamente, dejando salir su sensualidad a cada paso, las feromonas que despide la mujer escandinava, provoca que varios ahí presentes desvíen la mirada hacia ella, la morena solo sonríe, se encamina hacia el elevador, muerde su labio inferior, casi sintiéndolo cerca, cierra los ojos y las puertas del elevador de abren de par en par, la poca por no decir dos personas, salen del interior la fémina de mirada enigmática entra, apoyando su cuerpo en una de las paredes del pequeño cubículo, adornado con espejos como paredes, música ambiental de fondo y un grato aroma, espera el tiempo pertinente, desvia la mirada hacia los botones del ascensor y ahí justamente esta un botón que es diferente a los demás, uno en color rojo.

-y aquí es donde viene “en caso de emergencia tocar el botón rojo”-

Musita para ella misma, perdiendo la mirada en el botón. Sabe que puede ser una emergencia, dejar salir los bajos instintos y los mas perversos actos que el hombre pueda experimentar se vuelve una total emergencia. Si esas cuatro paredes hablaran seguramente dirían cosas que nadie en su sano juicio escucharía… en un ascensor todo puede ocurrir desde un simpe y ardiente “calentón” hasta la perdida de la cordura, dejando la pasión y lujuria hagan de las suyas. Escasos segundos y la puerta se cierra, solo unos cuantos segundos y la puerta se cerrara ante ella.

La tensión comienza hacer mella en la mujer escandinava, sabe que su juego ha funcionado, ha caído presa de su juego y sabe que él esta siendo presa de su jugada; como pez que se dirige a la carnada ha caído completamente en su telaraña, la sonrisa se le dibuja en el rostro al mirarlo entrar tras ella, sin que algo pueda incluso detener el deseo crece en su interior, es jodidamente ardiente y atractivo, posee un físico que no cualquier ser en la faz del globo puede poseer, de no serle visiblemente atrayente, solo consigue la información que necesitaba, le tentada y se retira del lugar, pero pese a ello, esta siendo seducida por el “enemigo”, si, esas serían las palabras que La Bestia usaría para atacarle de saber lo que esta por hacer.

La cercanía y el poco espacio que hay entre ellos, incrementa la seducción en su mirada, más al sentirle más cerca de ella, suspira ligeramente y observa como en lugar de presionar el piso que le dirige hacia su habitación presiona otro completamente diferente, por un pequeño instante siente cierta decepción. El ascensor comienza a trabajar, la maquinaria hace su trabajo, hasta que su jugarreta siguiente es justo la que ella tenia en mente; en un pequeño colapso, el ascensor se detiene en seco provocando que se intente sostener por el imprevisto, sonríe, dejando que la respiración se agite ligeramente por lo sucedido, las luces blancas se apagan, la música “ambiental” se detiene, dejando en silencio y en parcial oscuridad el pequeño cubículo, por instinto, como suele actuar la inmensa mayoría de las veces, sujeta del saco al rubio de mirada celeste, con fuerza lo pega a su cuerpo, relame ligeramente la comisura de sus labios, mirándole fijamente y de manera provocativa.

-Para que llamarles

Musita sobre sus labios, sin dejar de mirarle directamente a los ojos, se muerde el labio inferior observando la tes de su rostro, casi perfecto a la vista de cualquiera, seductor a la mirada de muchas, jodidamente tentador a la suya. Se acerca a sus labios besándole delicadamente, saboreando la suavidad de estos, sintiendo el sabor del licor que minutos atrás había degustado, delicioso placer que solo un mortal puede disfrutar, porque el placer de los dioses se tendría que ser uno para conocer la excelencia perfecta. Poco a poco incrementa el vaivén del beso, enredando su cuerpo cuan serpiente en el de él, mueve ligeramente su silueta, incitándolo a caer en la tentación, gime delicadamente sobre sus labios, sintiendo nervio, ansiedad, deseo, placer, lujuria y calor crecer de poco en poco, todo mezclado, sentimientos que se encuentran solamente al momento de que la misma pasión y lujuria se manifiesta.

-mmm… delicioso

Masculla sutilmente, provocándolo, sus manos se delizan hasta del rostro del heredero de Diamantes, le rosa el rostro delicadamente, descendiendo poco a poco hasta su pecho, arañándolo ligeramente sobre la tela, sintiendo su dorso marcado y perfectamente trabajado.

La batalla del cuerpo a cuerpo ha iniciado, la pasión se desborda por cada poro del cuerpo de la morena, la piel comienza erizarse desde el primer contacto del rubio, sus manos cálidas recorren su silueta, sintiendo su tacto en su piel, sonríe maliciosa sintiendo sus besos, siendo presa por un instante de él; gruñe por lo bajo al sentir como su labio inferior fue presa de los dientes de Tyler, le mira con sumo deseo en los ojos, solo es cuestión de elevar el libido para que ambos estén entregados al deseo carnal. Mueve ligeramente el cuerpo, pegándose más a él, entregándose a su predador para ser completamente suya.

Sus manos arañan el pecho aun protegido por la camisa del ojiceleste, la morena le mira fijamente, y de manera astuta abre la camisa de tajo, sonríe de medio lado observa el dorso perfectamente marcado del rubio provocando una sonrisa mucho más perversa y con cierto dejo de lujuria en la mujer escandinava, ella misma se muerde el labio inferior, enarca la ceja, acerca sus labios a los de él, se pierde en el sabor de sus comisuras, incrementando aun más el deseo en su cuerpo. El calor corporal es prácticamente incontrolable, su ser esta ardiendo por dentro la locura se está apoderando de poco en poco de la morena, en momentos como estos, poco importa la razón, solo la pasión es la que va dominando.

Siendo su presa, recorre con su pierna derecha la zurda de él, rosando la tela del pantalón, sube y baja, jugando con él, su pierna se enreda mientras la desliza ligeramente hasta llegar a su entre pierna, incitándolo aun más, mientras sus uñas se encargar de arañar ligeramente la piel casi marmoleada del heredero Sheringham, haciendo presión cada que recorre su dorso. Su lengua juega salvajemente, saboreándolo, disfrutando de todo hasta el momento, gime delicadamente, desbordando el placer que su cuerpo esta sintiendo, mientras juega y araña su cuerpo, dejando que la pasión y el deseo continúen enloqueciendo su psique…